PREJUICIOS

Los medios han asociado con éxito al salafismo con el terrorismo, como es el caso del grupo fundamentalista Al-Qaeda, pero es incorrecto tachar de terroristas a todos los musulmanes que respetan la doctrina al pie de la letra en el mundo. Escogí a los salafis porque el prejuicio existente contra ellos me pareció el reto apropiado para la historia de una joven pareja en Sarajevo. Dado que la mayoría de bosnios son musulmanes, hay una pronunciada actitud anti-wahhabi en la región. Todo el mundo quiere dejar muy claro que no tienen nada que ver con el terrorismo aunque celebren la fiesta del Eid. Luna no esconde su antipatía por el amigo “wahhabi” de Amar y por su mujer velada. La periodista amiga de Luna es el perfecto ejemplo de la rapidez con que los medios pueden transmitir hechos y rumores.

Al igual que Luna, yo también tenía prejuicios. Intenté no imponer ideas y convencimientos que convirtiesen la película en propagandística. No estoy aquí para juzgar o defender el salafismo, el wahhabismo, el islam o cualquier otra religión. Quiero a mis personajes y dejo que sus personalidades guíen la historia. Me interesa más crear personajes realistas que políticamente correctos. Luna y sus prejuicios siguen sin fiarse, aunque intente comprender. Quiere reconocer que el contacto con los wahhabis ha ayudado a Amar a superar el alcoholismo. Pero no puede aceptar que su marido esté en manos de otros, ya no es suyo.

Cuando realizo una película, me sumerjo en un proceso de autoexploración parecido al de mis personajes. Para EN EL CAMINO, además de intentar entender la época y el lugar donde vivo, también me pregunté acerca de mi identidad y mis creencias.

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