El reparto no solo es bosnio, sino croata, serbio y esloveno. La mayoría tuvo que aprender bosnio. Se esforzaron mucho y lo consiguieron porque son actores geniales. Zrinka es un océano sin explorar lleno de perlas, formas maravillosas, simas de emociones. Leon es un hombre increíble, entregado a su profesión, que interpreta a partir de la autoexploración.
La riqueza, la visión única y auténtica de la vida de Mirjana Karanovic siempre me sorprende. Ermin Bravo tiene un talento enorme, es dedicado y apasionado. Comparto un idioma y unas tradiciones con mis colegas “yugoslavos” porque procedemos de la misma zona cultural.
La horrible experiencia de la guerra erosionó esta zona cultural y la gente se vio obligada a buscar otros referentes. No intento alejarme del adjetivo “yugoslavo”, aunque creo que ya es una forma extinguida; ahora trabajamos en un contexto más amplio. Colaboramos con otros países europeos, además de los países que formaban la antigua Yugoslavia. Ese es el futuro del cine en nuestra región.
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